martes, 27 de julio de 2010

El Día de los Angeles

Yo estaba tranquilamente
contemplando
la hierba crecer,
miraba
esa suerte de fractales rizomas
horadando
en busca
de limpias galerías
de lombriz.

Fue entonces
que apareció
El Ángel,
El Puto Ángel.
Descendió en vertical y silencio
sobre mi.

Son grandes
los ángeles,
más
que un humano grande,
son fuertes sus torsos
y agradables
sus rostros
y las alas,
esas alas enormes,
lentas, ágiles.

Pasó sus brazos de gimnasio gay
bajo mis axilas,
entrelazo sus delicados y fuertes dedos
sobre mi pecho.

Era el silencio
solo roto por la levedad
de la hierba
que nunca deja
de crecer.
Miré hacia arriba y vi
su sonrisa angelical.
Un golpe
de sus alas,
unos segundos
de polvo en los ojos
y la nariz
y allí estábamos
a veinte metros
sobre la hierba asustada.

Mi cuerpo pesado,
colgando
como un guiñapo,
sus ojos azules y verdes
sonriendo.
Subimos
             subimos
                          subimos
                                       subimos.
Dejamos
atrás
la tierra
mantel de pic-nic
arrabalesco.
Dejamos
atrás
las nubes
blandas
como relojes.

Entonces vi
a los demás ángeles,
todos
sonreían
cargando a sus humanos.

ACEPTE.

Fue la señal,
en ese momento
miles, millones
de ángeles felices
abrieron sus manos,
estiraron sus brazos.

sábado, 24 de julio de 2010

El poeta
escribió sus más bellos poemas de amor
con su pene suave, rosado y enamorado.
Blando para las vocales
y duro el glande para las consonantes.

Los versos
mas censurados
por los censores del régimen
salieron
de su lengua aspera
sucia
y sincera.

Mojó su cabello en negra tinta
y nos dejo leves y elevados
haikus sesudos.

Contesto las grandes preguntas
hurgando,
delicadamente,
en sus heces por la mañana.

El poeta,
entonces,
recogió sus pertenencias
y se fue de vacaciones.

domingo, 18 de julio de 2010

18

Las moscas no saben nada hoy
de historias
ni de muertos.
Molestan
sin saber.
No molestan,
no saben lo que saben.

Caeiro hoy
atraviesa mi alma disfrazado de Pán.
Pán habla, como siempre,
por mi boca convertida
en boca de Pesoa.

Y la verdad no es verdad,
mi avatar hoy
es sin ser.
Caeiro que murió sin ser nacido
sin conocer de los cuernos Pánicos
siendo el cuerno izquierdo y la Pezuña Acariciadora del Bosque Ibero.

Debemos llorar hoy
según la Rueda del Sol Persa,
y no llorar
porque el único color posible
para una revolución es
el negro de la pólvora
igual que es el único color posible
para la traición, para la muerte innecesaria,
inmerecida.
El único color posible
para la visión de los Poetas Muertos en las Cunetas de mis Pueblos.

Exaltemos a los traidores
a los pequeños envidiosos.
Hoy igual que siempre.
Igual que nunca.

Recuerdo mi muerte
en aquella base de hidros.
Recuerdo mi muerte en la curva
de esa oscura carretera.
Recuerdo mi muerte contra la tapia del cementerio.
Los gritos de unos y de otros.
Recuerdo mi muerte en un bosque de Polonia,
en un bosque de Serbia, en un desierto de Irak, en una selva de Nicaragua, en una cueva de Vietnan.
Recuerdo mi muerte
a manos de mi hermano
bajo la atenta mirada de mis padres,
ellos habían depositado el honor de la familia
en mi coño virgen y sin macula.
Recuerdo mi muerte bajo la guillotina, como mi corona
rodó entre los pies
de la muchedumbre, como sus risas se fueron perdiendo
en el vacío eterno.

Caeiro muriendo sin saber que muere sin haber nacido,
hoy soy
mosca que se sabe en el vuelo,
oveja en la loma reconociéndose en el viento.
Tu vientre hambriento, chiquitín
que morirás de hambre esta noche
sin saber lo que es el hambre
sin saber lo que es la noche
sin saber lo que es morir.

Estoy llegando al recodo del río,
tomare su agua entre mis manos
y limpiare el terciopelo de mis cuernos
y quitare el barro
de mis pezuñas.
Esta tarde, como siempre,
esparciré mi musica por el bosque
cantare a Federico, a Miguel,
las avutardas serán mi voz,
los jabalíes serán mi voz.

Yo soy el Bosque, la Voz y el Silencio,
el Muerto y el Asesino.