domingo, 21 de junio de 2015

Nadie


No soy
la voz de Nadie.
No necesita Nadie
una voz prestada,
Nadie
tiene
su propia voz.

La voz de Nadie
esta hecha de silencios en las esquinas,
de miradas fugitivas
hacia el suelo
y hacia dentro.

Nadie habla con sus brazos
empeñado
en que aparques el coche
en plazas imposibles.

Es
la voz de Nadie
el trotar nervioso de un montón de huesos
por La Merced
hacia La Fama.

No suena la voz de Nadie
en los templos del arte
ni en las asambleas,
ni en las iglesias,
Nadie espera paciente
en las puertas
a que se callen los poetas
y cantautores,
a que salgan los acólitos
y las gentes de bien.

Es contrarrevolucionaria
la voz de Nadie
y nadie quiere escucharla,
hasta en Caritas
es sumisa su voz,
la de Nadie,
que siempre sabe
cuando callar,
que siempre calla
como si no fuese
nadie.

A nadie nos gusta
cruzarnos con Nadie,
Nadie nos pone nerviosos,
Nadie llena de silencio las mesas de las terrazas,
Nadie, con su voz callada,
deja briznas de culpa
por donde pasa.

Nadie le interesa
a nadie.
Nadie quiere a Nadie,
nadie es la voz de Nadie.

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