domingo, 2 de septiembre de 2018

Boceto

Fe,
fe que mueve montañas como por arte de dinamita,
que arranca lágrimas a los niños y sala los mares,
fe para cegar
las miradas
más limpias, para romper
inocencias
tras confesionarios oscuros,
para barrer vidas
a golpe de volante alquilado, a tajo de cuchillo desorientado, a tiro de kalasnikov barato.
Fe que te pone contra la razón,
contra
la pared, frente
a la espada, que convierte
la bondad
en deuda inabarcable, que transforma en mentira
la vida y la muerte
en farsa.

boceto de poema de domingo de agosto


calor y moscas
y lluvia de agosto y gatitos
que huelen a cadáver de septiembre.
calor y moscas hambrientas,
demasiado hambrientas como para esperar
hasta septiembre.
lluvia de agosto y cadáveres futuros
cantando
en
los
pinos.
cadáveres vivos y calor
de agosto y lluvia redentora.
cadáveres muertos escupidos
por las olas
alimentadas por las lágrimas
absurdas
de una niña yemení
que nunca sabrá
de Felipe
que nunca sabrá de La Sangre Por Las Calles De París
Por Las Calles De Barcelona
Por
Las Calles
De Londres
Por Las
Calles De Madrid.
que nunca sabrá de La Sangre Por Las Calles.
gatitos cadáveres anunciados
y moscas-buitres apresuradas
y días borrados ya
y días futuros muertos para mayor fortuna
de los jefes.
números en las mesas de negociaciones
números falsos
porque no son números,
así
los negociadores una suerte de manteros de cuello blanco,
de contadores de cromos-cadaveres.
calor y moscas y tiempo muerto
putas moscas mordedoras
¡esperad hasta septiembre!
bailemos entre tanto los cadáveres
el vals del esqueleto
dancemos los cadáveres
y saquemos la lengua a la vida, ese pic-nic al que nadie
nos invitó porque ¡nacimos para morir!
para vivir muriendo
como gatitos cadáveres anunciados
como
niñas yemeníes, sirias, norteamericanas, españolas,
como niñas asustadas
ante sus madres quietas, ensangrentadas,
como números falsos
como días inexistentes en horario de trabajo.
¡ bailemos cadáveres, buitres, calor, bailemos moscas, bailemos Por Las Calles De La Vida !
(que los cuellos blancos no se percaten)

Boceto

llorar sílabas tristes
por las esquinas
del dolor crónico.
dejar
caer
pequeñas lágrimas cursivas
sobre
el mantel de cuadros
torpemente extendido
a unos metros
de la cuneta.
destintarse poco a poco
en la bañera,
hacerse prosa inevitable,
prosa previsible,
prosa cada día menos poética,
prosa prosaica
en los caminos
de la riqueza ajena.
llorar lágrimas de tipo fijo
sobre informes
de
rendimiento
pensando por un breve instante
en las avestruces
tan lejanas
a
veces,
tan necesarias siempre para no dejar
de ser
verso enamorado, verso oscuro,
verso
blanco,
siempre verso
a tus ojos, a tus manos, a tus sueños,
nunca prosa
en tu cama, en tu camino.
llorar por las esquinas
sílabas en cursivas
y esperarte como ellas a la sinéresis salvadora.

Boceto

Conozco palabras que ni imaginas,
palabras
que no pueden pronunciarse
sin romperse antes
la mandíbula
contra el casco de un policía
malhumorado,
sin dejar clavados los dientes
en las nalgas tersas y breves
del amor sereno,
que no pueden
ser escritas
sin el semen urgente del final
del verano,
sin la sal de las lágrimas
frente al cuerpo putrefacto
del último niño de la playa.
Conozco autores
que nunca estarán
en tus gruesos libros
del siglo XX
ni en Google,
ni en el centro okupa más decadente.
Pero solo preciso
lo que ocupa un tweet
para pedirte
que abras las ventanas
y dejes entrar el tiempo
en esa tumba en la que vives.