Si pudiera hablarte
con la misma inocencia
con que las
niñas empujan
a sus hermanitos
por las escaleras,
con
esa cruel sonrisa infantil.
Si pudiera desprenderme
de todas las formas tatuadas
por
el tiempo en la memoria,
mostrarte
como todos mis
cisnes
son negros y tienen ya
el cuello roto.
Si las palabras fuesen barro
en lugar de cenizas.
Si pudiera escribirte
un poema con rayos de sol
en tu
mirada.
Si la calle
no estuviese ahí,
con todo
lo que
en la calle
hay.
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