miércoles, 6 de enero de 2016

Elegia


Todos los días
nos morimos, alguien se muere,
todos los días
nacemos, alguien nace,
sin respetar
las fiestas del corte ingles,
sin respetar conmemoraciones milenarias,
personas
y perros,
nunca he sabido diferenciar muy bien
me dejo llevar por el amor
y el amor
es una gran fuente
de confusión.

Pero no nos morimos
un día,
a veces,
normalmente,
nos morimos a lo largo
de la vida,
así, ahora
me veo abrazando los suspiros de Rocco que quizás no aguante este invierno,
recordando
los suspiros
de Paco, de mama,de Miguel Hernandez mas que de Ramón Sijé,
de Gorda, Lola, Undo...
viviendo
polielegias sin nombre,
pensando
en mi propia muerte
repetida
dia tras dia
al ritmo
de negras tormentas
a las ocho en punto
para nada.


Y entretanto
el amor
como etéreo concepto
al margen del tiempo
y la especie,
atrapado
en abrazos, suspiros y besos.

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