sábado, 20 de septiembre de 2014


Te miro y huelo
a tinta nueva
y poema innecesario,
y me doy cuenta
de que los bolígrafos,
ahora,
escriben con sangre roja
y que son los corazones
los que bombean la tinta
y escriben
sus poemas.

Poemas egoístas,
solo
para ti
y para mi,
poemas íntimos
escritos con la tinta
de la amistad antigua,
esa piedra indispensable
en la que se apoya el amor
con su ronroneo lento,
tranquilo, firme, sin tiempo.

Dejemos pues a los bolígrafos
en su nueva función
de armas al servicio
de ese otro amor
grande
y sin caras,
construido
sobre lágrimas
y dolor.

Los poemas,
mi vida,
los tengo a salvo
en tu corazón.

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