martes, 26 de junio de 2018

Mis queridos pingüinos llegan portando rosas
y me redimen de los impuros
pensamientos asesinos.
.- Baila con nosotros
el rondó del parricida,
baila y olvida

a los erizos que nunca
creyeron en ti
como nosotros creemos.

Me redimen mis amados pingüinos
del instinto asesino
del instinto humano, demasiado humano.
Puedo mirarles danzar durante horas,
derviches de ultramar,
pero al final
las garotas, sus púas, su eterno saber mediterráneo.
Al final
el instinto
siempre equivocado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario