miércoles, 15 de mayo de 2013

treinta monedas de euro

Creo que todavía,
desde los versos,
se les puede llamar
perros uniformados
sin que vengan puntuales
a detenerte.

No estoy seguro
porque cada día
por real decreto
se pierde alguna libertad,
algún resquicio,
y ahora parece
que ni en los ateneos
se puede estar seguro.

Da igual
que no se pueda decir,
todos sabemos ya
que peores que los perros
son sus dueños.

Lo malo
de todo esto
es que siempre hay alguien
lo suficientemente idiota
como para mendigar que le pongan un collar
y lo manden a la calle
a morder
a sus vecinos.

Eso si, al final del día tendrá
sus treinta monedas de euro.

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