Aquí,
en mi pequeño país
del sureste,
también tenemos
un aeropuerto fantasma
que pagamos
de nuestra pobreza,
y una autopista privada
y deuda socializada
y gentes de la política
tan sinvergüenzas
como los del país grande.
en mi pequeño país
del sureste,
también tenemos
un aeropuerto fantasma
que pagamos
de nuestra pobreza,
y una autopista privada
y deuda socializada
y gentes de la política
tan sinvergüenzas
como los del país grande.
Aquí
es todo igual,
es todo igual,
como en cualquier parte.
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